jueves, 20 de junio de 2024

NUESTRAS SEDES. Rafael Martín

 Si como creo fue allá por el año del Señor de 2005 cuando Carlos tuvo una revelación (ignoro si durante un sueño) que le llevó a crear la Tertulia, estamos próximos a cumplir nuestros primeros 20 años (Bodas de Porcelana). parece oportuno echar la vista atrás y hacer alguna que otra reflexión sobre lo vivido, que ya no es poco.

Como primer tema, os invito a pasar revista a NUESTRAS SEDES.

 

ITINERARIO

De momento, nuestra peregrinación, nuestra hégira no nos ha llevado ni a Santiago, ni a La Meca, ni a Jerusalem, sino al Ajenjo, después de un curioso trayecto triangular, digno de aparecer en las paredes de cualquier tumba del Valle de los Reyes para indicar el recorrido del alma del faraón hacia el más allá (es decir, Móstoles)

He de confesar que era, y soy, incapaz de establecer la secuencia cronológica correcta de las sedes, por lo que recurrí a Carlos. Él es el “culpable” de la secuencia que he representado en el mapa, así que, si hay reclamaciones, serán bienvenidas y convenientemente endosadas al “maestro armero”.

Hasta ahora, hemos utilizado ocho sedes “estables”, ubicadas en los tres núcleos que configuran nuestro muy castizo triángulo obtusángulo: Maravillas-Malasaña, Tirso de Molina-Lavapiés y Ópera-Oriente. Nuestra sede “madre”, en Tudescos, se situaría en una especie de baricentro de nuestro triángulo “sédico”.

Han habido “otras sedes” a las que me referiré más adelante.

 

El ÉNERI (Tudescos, 4)

Sin duda el ÉNERI es nuestra particular “alma mater”, no sólo por ser la sede fundacional, que también, sino porque la relación de Esteban con Carlos, que desde muy pronto se extendió a todos nosotros, hizo que todos nos sintiéramos neochulapos, porque ese era también el espíritu y la razón de ser de esa taberna madrileña.


De esa primera(?) foto de la Tertulia han desaparecido varios (alguno de forma irreversible), pero los que se han ido incorporando posteriormente han dado lustre y continuidad al espíritu que Carlos infundió al grupo desde su inició.

Rindo homenaje aquí a Esteban y lamento que el devenir del negocio le obligara a cerrar un local y una oferta hostelera en los que había puesto tanta ilusión.

Una confesión personal: Ignoro la razón por la que Carlos me acogió en la Tertulia; el único contacto que había tenido con él, había sido mi participación en el concurso de ¿dónde está? que había abierto con La Librería. En las primeras reuniones, en las que nos presentábamos tenía cierta incomodidad; no recordaba muchos nombres y sentía que varios os conocíais entre vosotros y me sentía algo extraño. Evidentemente todo pasó pronto.

 

Café Isadora  (Divino Pastor, 14)

Desapareció el ÉNERI y desapareció también el Isodora, que fue nuestro segundo destino.

No tengo el mejor recuerdo de nuestro paso por este café. No resultó muy acogedor.

Tuvimos problemas con la música ambiente, con las sillas, poco cómodas (por cierto, la incomodidad de los asientos es un poco la regla de la Tertulia, por desgracia)

La verdad es que al Isodora le correspondió el difícil papel de seguir en la lista al ÉNERI, y tener que soportar las típicas, obligadas y odiosas comparaciones, con la larga y entrañable estancia en el “Irene”.

 

La Taberna de Antonio Sánchez (Mesón de Paredes, 13)

La de Antonio Sánchez, es LA TABERNA por antonomasia, por lo que para mí ha constituido un placer y un privilegio “tertuliar” en sus salones durante una buena temporada (por desgracia soy incapaz, como ya he dicho, de poner el orden a las sedes y cuantificar su duración)


Fue una etapa muy satisfactoria; siempre me pareció que estábamos donde debíamos. No me daban envidia, ni el Gijón, ni el Comercial, ni el Colonial y ni siquiera, Pombo.

Estábamos rodeados de historia, de historias, de anécdotas, de torrijas, de vinos con mucha “solera”, como nos recordó nuestro Antonio (el del Abad), acompañado en la foto por otro “tertuliano” (Miguel) al que recordamos con cariño.

Al recuperar materiales para confeccionar esta entrada me he encontrado con estos versitos que deben ser míos y que no recuerdo si los compartí con vosotros, pero ahí van:

A la Taberna de Antonio Sánchez algunos expertos la han llamado

la de los “tres siglos”, porque en el dieciocho fue cuando vino al mundo,

pero ahora debemos llamarle la de los “cuatro siglos”, en tono bien rotundo,

ya que, aunque nadie sabe cómo ha sido, al mítico veintiuno hemos llegado.

La Taberna, con afecto, acogió a nuestra madrileña Tertulia del Osorio,

y aquí estamos, entre toreros, cuernos, cuadros, frascas, barricas y chatos,

hablando de nuestro pueblo, de sus historias, de sus gentes (los gatos),

de las casas, de las calles, y de lo mucho que esta Villa tiene de notorio.

Nos sentimos orgullosos de seguir la tradición de nombres tan conocidos

como Baroja, Camba, Sorolla, Marañón, Cossío, o Zuloaga, el eibarrés;

no contamos con Cañabate, el costumbrista, pero sí con Antonio Pasiés.

Sea éste el homenaje a la Taberna de unos contertulios agradecidos.

 

El Imparcial (Calle del Duque de Alba 4)

Parece que, de La Taberna, por razones que no recuerdo (vais a tener que trabajar mucho para corregir y completar estas notas) pasamos al Imparcial, en donde yo me encontraba a gusto porque veía las ventanas de la que fue casa de mi dueña.

Es cierto que las escaleras eran matadoras, que nos respetaban poco la reserva de mesas, que daban prioridad a eventos y perfomances, dejando a la cultura madrileña en el banquillo de los reservas, pero guardo buen recuerdo de el Imparcial, que tenía una cocina aceptable.

Vimos o entrevimos gente del famoseo, pero el ambiente no era, desde luego, el más adecuado para la Tertulia, así que un buen día, me temo que “aprovechando” la pandemia, nos sacudimos las zapatillas, y dejamos atrás la imparcialidad, ya que el nuestro es un pueblo que parece preferir la bipolaridad (me refiero, claro, a: Madrid o Atleti; Joselito o Belmonte; Juanita Reino o la Piquer; con cebolla o sin cebolla; churros o porras, y así).

 

Nuestros domicilios (pon aquí tu dirección, por ejemplo: Bailén, 26)

Vuelvo a tirarme al ruedo y suponer que del Imparcial pasamos a nuestros domicilios gracias al joio COVID, que seguimos sin saber a ciencia cierta de dónde salió, aunque sí sabemos el dolor y la angustia que nos produjo y que aún sigue pesando sobre algunos de nosotros.

Entiendo que la Tertulia se portó muy decentemente y que gracias a la tele-reunión pudimos mantener el contacto y la tarea muy dignamente. Creo recordar alguna sesión más que notable, aunque Carlos tuviera que prescindir de las recomendaciones sobre actos culturales.

Las conexiones de Elena (y creo que las de María) no eran sencillas, y sorprendentemente nunca se conectó Paco, que es con mucho el más habilidoso informático del grupo, pero mantuvimos el fuego sagrado que nos permitió resurgir cual pajarracos fénix, cuando pudieron darnos suelta de nuevo.

En recuerdo de aquellos grises días he incluido esta imagen que sería similar a la que podríais ver en vuestros ordenatas, eso sí con algunos años menos…, que ya se nota.

 

Terraceo postpandémico (por allá o por acullá)

Tengo para mí que, una vez superado el confinamiento, recurrimos al terraceo al aire libre para poder retomar el contacto. Creo recordar que para el primer reencuentro elegimos la terraza del Café de los Austrias, en la que a unos nos tocó entrada de sombra y a otros (por ejemplo, a María Aguilar) les tocó entrada del sol; pero era tanta la alegría por el fin de la pandemia y por la vuelta, que nadie puso la menor pega.

No sé cuántas reuniones celebramos al aire libre, pero además de la anterior, recuerdo la mantenida en Rosales (supongo que en el Palacete de la foto) porque en ella recibimos el Diploma de tertuliano que diseñó Adriana y firmó Carlos. Guardado está.

 

La Lonja del Mar (Plaza del Oriente 6)

Como no hay dos sin tres, esta es la tercera sede, de las ocho que hemos utilizado hasta ahora, que ha cerrado. Como se corra la voz no vamos a encontrar a nadie que nos quiera acoger.

Lo primero que se me viene a la mente al evocar La Lonja es su LUMINOSIDAD, porque comparadas con la luz de La Lonja el resto de nuestras sedes se pueden calificar de “íntimas” cuando no decididamente: lóbregas.

La atención era irregular: no recordaban las citas; íbamos de mesa en mesa; no éramos su público objetivo; los borbones de las paredes resultaban poco acogedores…, total que lo dejamos atrás sin pena ni gloria, pese a lo atractivo de su ubicación.

 

Café de los Austrias . (Plaza de Ramales, 3)

El Café de los Austrias parecía una sede idónea: Zona y edificio nobles donde los haya; sitio más que suficiente y flexible; ubicación cómoda…, pero la atención no fue nada adecuada: Se olvidaban que íbamos; había que ir a buscar a los camareros; el pago era un desastre. Les molestábamos y terminaron queriendo cobrar como si fuéramos una reunión organizada y programada, de las que exigen reserva. Una pena que nos obligó a cambiar de aires, aunque no de zona y ubicación…

 

Café del Real (Pl. Isabel II, 2)

…porque nos trasladamos poco más de cien metros, para citarnos en el Café del Real.

Aquí reencontramos una muy buena atención, un lugar recogido, una decoración curiosa…, pero el lugar más incómodo del que hemos “disfrutado”, con asientos minúsculos, unos techos incompatibles con gentes como Paco, que si no se dejaba los cuernos era porque no los tenía y una comunicación complicada en cuanto los de las mesas proximísimas pensaban.

Ahora que lo pienso, era como la casa Bilbo Bolsón en la Comarca.

Como eran más las ventajas que los inconvenientes permanecimos en esta sede una buena temporada hasta que la demanda de sitio nos aconsejó un nuevo cambio…

 

Café Ajenjo (Galería de Robles 4)

…que nos llevó hasta nuestra actual y muy particular sede, situada en una calle que casi no lo es, pero que cumple muchos de los requisitos que me parecen más valiosos para nuestra actividad. Me refiero a temas como: haber recuperado el contacto con el dueño, que habíamos perdido desde Esteban; disponer de un sitio reservado e íntimo; disfrutar de un nivel de ruido óptimo; tener los servicios más que asequibles; contar con una decoración bien particular…

 

RESUMEN

 

Accesibilidad

Comodidad

Atención

Ruido

Decoración

ENERI


2

3

3

3

3

Isadora

3

2

1

2

1

Taberna

2

2

2

3

3

Imparcial

1

3

1

1

1

Lonja

3

3

1

2

2

Austrias

2

3

1

3

1

Real

1

1

2

1

3

Ajenjo

3

2

3

3

3