Si como creo fue allá por el año del Señor de 2005 cuando Carlos tuvo una revelación (ignoro si durante un sueño) que le llevó a crear la Tertulia, estamos próximos a cumplir nuestros primeros 20 años (Bodas de Porcelana). parece oportuno echar la vista atrás y hacer alguna que otra reflexión sobre lo vivido, que ya no es poco.
Como
primer tema, os invito a pasar revista a NUESTRAS SEDES.
ITINERARIO
He
de confesar que era, y soy, incapaz de establecer la secuencia cronológica correcta
de las sedes, por lo que recurrí a Carlos. Él es el “culpable” de la secuencia que
he representado en el mapa, así que, si hay reclamaciones, serán bienvenidas y
convenientemente endosadas al “maestro armero”.
Hasta
ahora, hemos utilizado ocho sedes “estables”, ubicadas en los tres núcleos que
configuran nuestro muy castizo triángulo obtusángulo: Maravillas-Malasaña,
Tirso de Molina-Lavapiés y Ópera-Oriente. Nuestra sede “madre”, en Tudescos, se
situaría en una especie de baricentro de nuestro triángulo “sédico”.
Han habido
“otras sedes” a las que me referiré más adelante.
El ÉNERI (Tudescos, 4)
Rindo
homenaje aquí a Esteban y lamento que el devenir del negocio le obligara a
cerrar un local y una oferta hostelera en los que había puesto tanta ilusión.
Una
confesión personal: Ignoro la razón por la que Carlos me acogió en la Tertulia;
el único contacto que había tenido con él, había sido mi participación en el
concurso de ¿dónde está? que había abierto con La Librería. En las primeras
reuniones, en las que nos presentábamos tenía cierta incomodidad; no recordaba
muchos nombres y sentía que varios os conocíais entre vosotros y me sentía algo
extraño. Evidentemente todo pasó pronto.
Café Isadora (Divino
Pastor, 14)
No
tengo el mejor recuerdo de nuestro paso por este café. No resultó muy acogedor.
Tuvimos
problemas con la música ambiente, con las sillas, poco cómodas (por cierto, la
incomodidad de los asientos es un poco la regla de la Tertulia, por desgracia)
La
verdad es que al Isodora le correspondió el difícil papel de seguir en la lista
al ÉNERI, y tener que soportar las típicas, obligadas y odiosas comparaciones,
con la larga y entrañable estancia en el “Irene”.
La Taberna de Antonio Sánchez (Mesón de Paredes, 13)
Estábamos
rodeados de historia, de historias, de anécdotas, de torrijas, de vinos con
mucha “solera”, como nos recordó nuestro Antonio (el del Abad), acompañado en
la foto por otro “tertuliano” (Miguel) al que recordamos con cariño.
Al
recuperar materiales para confeccionar esta entrada me he encontrado con estos
versitos que deben ser míos y que no recuerdo si los compartí con vosotros,
pero ahí van:
A la Taberna de Antonio Sánchez algunos expertos la
han llamado
la de los “tres siglos”, porque en el dieciocho fue cuando
vino al mundo,
pero ahora debemos llamarle la de los “cuatro siglos”, en
tono bien rotundo,
ya que, aunque nadie sabe cómo ha sido, al mítico veintiuno
hemos llegado.
La Taberna, con afecto, acogió a nuestra madrileña Tertulia
del Osorio,
y aquí estamos, entre toreros, cuernos, cuadros, frascas,
barricas y chatos,
hablando de nuestro pueblo, de sus historias, de sus gentes
(los gatos),
de las casas, de las calles, y de lo mucho que esta Villa
tiene de notorio.
Nos sentimos orgullosos de seguir la tradición de nombres
tan conocidos
como Baroja, Camba, Sorolla, Marañón, Cossío, o Zuloaga, el
eibarrés;
no contamos con Cañabate, el costumbrista, pero sí con
Antonio Pasiés.
Sea éste el homenaje a la Taberna de unos
contertulios agradecidos.
El Imparcial (Calle del Duque de Alba 4)
Es
cierto que las escaleras eran matadoras, que nos respetaban poco la reserva de
mesas, que daban prioridad a eventos y perfomances, dejando a la cultura
madrileña en el banquillo de los reservas, pero guardo buen recuerdo de el
Imparcial, que tenía una cocina aceptable.
Vimos
o entrevimos gente del famoseo, pero el ambiente no era, desde luego, el más
adecuado para la Tertulia, así que un buen día, me temo que “aprovechando” la
pandemia, nos sacudimos las zapatillas, y dejamos atrás la imparcialidad, ya
que el nuestro es un pueblo que parece preferir la bipolaridad (me refiero,
claro, a: Madrid o Atleti; Joselito o Belmonte; Juanita Reino o la Piquer; con
cebolla o sin cebolla; churros o porras, y así).
Nuestros domicilios (pon aquí tu dirección, por ejemplo:
Bailén, 26)
Entiendo
que la Tertulia se portó muy decentemente y que gracias a la tele-reunión pudimos
mantener el contacto y la tarea muy dignamente. Creo recordar alguna sesión más
que notable, aunque Carlos tuviera que prescindir de las recomendaciones sobre
actos culturales.
Las
conexiones de Elena (y creo que las de María) no eran sencillas, y sorprendentemente
nunca se conectó Paco, que es con mucho el más habilidoso informático del
grupo, pero mantuvimos el fuego sagrado que nos permitió resurgir cual
pajarracos fénix, cuando pudieron darnos suelta de nuevo.
En
recuerdo de aquellos grises días he incluido esta imagen que sería similar a la
que podríais ver en vuestros ordenatas, eso sí con algunos años menos…, que ya
se nota.
Terraceo postpandémico (por allá o por acullá)
No
sé cuántas reuniones celebramos al aire libre, pero además de la anterior,
recuerdo la mantenida en Rosales (supongo que en el Palacete de la foto) porque
en ella recibimos el Diploma de tertuliano que diseñó Adriana y firmó Carlos.
Guardado está.
La Lonja del Mar (Plaza del Oriente 6)
Lo
primero que se me viene a la mente al evocar La Lonja es su LUMINOSIDAD, porque
comparadas con la luz de La Lonja el resto de nuestras sedes se pueden
calificar de “íntimas” cuando no decididamente: lóbregas.
La
atención era irregular: no recordaban las citas; íbamos de mesa en mesa; no
éramos su público objetivo; los borbones de las paredes resultaban poco
acogedores…, total que lo dejamos atrás sin pena ni gloria, pese a lo atractivo
de su ubicación.
Café de los Austrias .
(Plaza de Ramales, 3)
Café del Real (Pl. Isabel II, 2)
Aquí
reencontramos una muy buena atención, un lugar recogido, una decoración curiosa…,
pero el lugar más incómodo del que hemos “disfrutado”, con asientos minúsculos,
unos techos incompatibles con gentes como Paco, que si no se dejaba los cuernos
era porque no los tenía y una comunicación complicada en cuanto los de las
mesas proximísimas pensaban.
Ahora
que lo pienso, era como la casa Bilbo Bolsón en la Comarca.
Como
eran más las ventajas que los inconvenientes permanecimos en esta sede una
buena temporada hasta que la demanda de sitio nos aconsejó un nuevo cambio…
Café Ajenjo (Galería de Robles 4)
RESUMEN
|
Accesibilidad
|
Comodidad |
Atención |
Ruido |
Decoración |
ENERI |
|
3 |
3 |
3 |
3 |
Isadora |
3 |
2 |
1 |
2 |
1 |
Taberna |
2 |
2 |
2 |
3 |
3 |
Imparcial |
1 |
3 |
1 |
1 |
1 |
Lonja |
3 |
3 |
1 |
2 |
2 |
Austrias |
2 |
3 |
1 |
3 |
1 |
Real |
1 |
1 |
2 |
1 |
3 |
Ajenjo |
3 |
2 |
3 |
3 |
3 |
En pos de Machado y el café tertuliano: Un viaje poético.
ResponderEliminarMario Benedetti comienza así...
Baeza, ciudad pendular...
Y si fuera un tertuliano más continuaría de esta forma...
entre el soplo de la historia, y el aroma del café tertuliano, que en Madrid busca su gloria.
Del Eneri, Irene disfrazada, un juego de letras bailadas, donde la palabra se renueva, en ideas compartidas.
Sólo recuerdo este más antiguo Soidemersol, espejo invertido, en la calle Argumosa reside, un palíndromo de cultura tabernaria, donde el verbo se desinhibe.
Isadora en Manuela Malasaña, ecos de tertulias añejas, el Imparcial, con su luz moderna, un refugio para las ideas.
"Judio errante", la tertulia peregrina, en busca de su hogar ideal, Antonio Sánchez, refugio austero, y el aire libre, un nuevo portal.
Los sitios de Ópera y el Real con su angosta escalera, y el Ajenjo, brebaje embriagador, sabores que inspiran la charla, en un encuentro sin igual.
Tertulia madrileña, corazón palpitante, que en el café encuentra su voz, entre sorbos de historia y poesía, se escribe la ciudad, verso a verso, con fervor.
Machado, poeta errante, en busca de la esencia española, en las tertulias encontró su refugio,y su pluma, voz inmortal.
Así, la tertulia madrileña, en su andar incansable, homenaje al poeta rinde, con versos que brotan del café.
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EliminarBuen trabajo, Rafael, cronista de la Villa, de sus murallas y sus tertulias. Un honor tenerte como contertulio desde el comienzo de la "Tertulia madrileña" que nuestro buen amigo Paco bautizó como la "Tertulia del Osorio y el Madroño". Una tertulia que comenzó el 9 de febrero de 2015.
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