jueves, 29 de febrero de 2024

Fulano y Mengano: Rafael Martín

En su día, la Tertulia dedicó una de sus reuniones para hablar de Madrid en el cine. Salieron a la luz decenas de películas en las que Madrid era algo más que el decorado de fondo y cada tertuliano expresó sus preferencias y recuerdos.

Supongo que yo destaqué, como voy a hacer ahora, la que considero mi película favorita sobre Madrid, que no es otra que Fulano y Mengano, en dura y limpia lucha con tantas otras en la que Madrid luce de forma especial.

Mi favoritismo por esta peli ya quedó de manifiesto al dedicarle una entrada en el blog La muralla reciclada, entrada que tuvo una muy buena acogida, como lo prueban los jugosos Comentarios recibidos.

La película está oficialmente fechada en 1959, pero está grabada en 1956-57, como lo atestigua uno de los ”comentaristas”, que apareció de chaval en una escena grabada delante de Palacio, así como que la zona no estaba aún afectada por la apertura de lo que hoy es la Gran Vía de San Francisco, cuyo inicio, con la voladura del primer inmueble, es de 1958.

El Director, Joaquín Luis Romero Marchent, fue uno de los creadores del spanish western, y quizás alcanzó su mayor popularidad al dirigir diversos capítulos de Curro Jiménez.

El guion de Fulano y Mengano lo compartió con Jesús Franco y con José Suárez Carreño, un mexicano con una biografía bien curiosa; hombre claramente integrado en la izquierda, pero con significativas relaciones con distintos personajes del Régimen, lo que le permitió trabajar durante aquellos años en España, y participar en la "denuncia" de la situación social del País.

La película muestra un Madrid marginal, con personajes que sobreviven casi milagrosamente a la carencia de lo más elemental, empezando por la comida, pero compartiendo las penurias y apoyándose unos a otros con la solidaridad propia de los desamparados.

Los actores protagonistas son un inmejorable Pepe Isbert y unos eficaces Juanjo Menéndez y Julita Martínez. Curiosamente, gracias a la película he recordado uno de los usos y costumbres desaparecidos de la calle madrileña cual era la venta ambulante de corbatas, que seguramente se apoyaba en aquello de que: al hombre de corbata, según se le ve, se le trata.

Pero lo que aquí importa es que, junto a los actores, la película tiene otro gran protagonista: MADRID. Aunque sin mucho orden, ni concierto, Madrid se integra en la trama y aparece aquí y allá según los intereses y caprichos del Director. Entre otras apariciones, los protagonistas salen de una supuesta cárcel, en la plaza de las Comendadoras y deambulan por la calle de la Palma y Amaniel; a Pepe Isbert le dan limosna ante las verjas de la Plaza de la Armería; pasean por el Viaducto; y al final todos los protagonistas se persiguen en un absurdo recorrido en el que aparecen, entre otros: La calle Segovia, bajo el Viaducto; la calle del Rollo; el Puente de Segovia; la Estación de las Pulgas; la Fábrica del Gas; la zona inferior de la Costanilla de San Andrés…; terminando en una falsa Comisaría (que recuerdo haber visto con cierto asombro) situada en un inmueble, ya desaparecido, de la Carrera de San Francisco, que continuaba la fachada del Palacio del Infantado, futuro Museo de la Mahou.

Pero, además, la película tiene un especial interés para mí por la aparición del pedernal en varios muros y paredes en la zona de San Francisco que ahora llaman Parque de la Cornisa y en concreto en la calle del Rosario.


En efecto, Isbert y Menéndez, tras salir de la cárcel condenados por delitos que no habían cometido, se refugian en una casa con aire de palacete en ruinas, que la acción sitúa al final de la calle del Rosario, en los altos de la Cuesta de las Descargas. Ese “palacete” que yo no llegué a visitar, si lo hizo un amigo con no poco temor por su estado, tenía en sus paredes (a espaldas de los protagonistas) pedernal, como también lo tiene la tapia por cuyos boquetes entran y salen de lo que antaño fue Convento y Cuartel.

Esa tapia que se puede observar muy bien en la foto (superior izquierda), al final de la calle del Rosario, creí en su momento que podrá formar parte de la Cerca de Felipe IV, pero no debe ser así. Sí que aún existe el trozo de Cerca que limita por el oeste los terrenos del Seminario, como antes limitó la finca del Duque de Osuna (foto inferior izquierda). Por debajo de ese trozo de Cerca se iniciaba lo que se conocía como la Cuesta de la Mona.  

PALACIO DE LAS VISTILLAS 1855

Es de suponer que esa tapia que juega un papel importante en Fulano y Mengano era la que cerraba por el este la finca del Duque del Infantado, que pasó a ser del Duque de Osuna y que circundaba lo que se conocía como el Palacio de las Vistillas.



 

 

 



1 comentario:

  1. Sobre el origen de esta expresión más antigua que la peli que analiza nuestro sesudo Rafael.
    Fulano: proviene del árabe fulan, que quiere decir persona cualquiera. Mengano también es de origen árabe, man kan, cuyo significado se traduce como quien sea. Zutano se deriva del latín scitanus, que significa sabido, con el tiempo puede haberse transformado en citano y luego pasó a ser zutano.
    En definitiva Fulano, Mengano y Zutano: el trío cómico del lenguaje.
    Fulano: el más común, el que no tiene ni nombre ni apellido. El "oye tú" de la vida.
    Mengano: un poco más misterioso, como el amigo del amigo. El que aparece y desaparece a su antojo.
    Zutano: el listo del grupo, el que siempre sabe algo más que los demás. El que te deja en ridículo con sus frases rebuscadas.
    Juntos: la tríada perfecta para cualquier chiste o anécdota. Son como el trío de la comedia, pero sin guion y con improvisación constante.

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