miércoles, 10 de abril de 2024

Las aguas del Manzanares: Pablo Linés

 

Los vecinos de Madrid siempre hemos tenido que soportar bromas y chacotas acerca del menguado caudal de nuestro rio, lo cual es en parte cierto y en parte no. Todo depende de la estación en que se mire. El rio Manzanares nace al pie de la Bola del Mundo junto al refugio del Ventisquero de la Condesa y su cuenca está delimitada al norte por las cumbres de las Cabezas de Hierro y parte alta de la Pedriza y al sur por la Sierra de los Porrones. Su caudal es mayoritariamente estacional con los deshielos de primavera y las lluvias de otoño. De la abundancia de aguas quedan noticias los numerosos molinos que albergó su cauce, de ellos siete en el municipio de Manzanares el Real siendo el más grande el conocido como “Molino de la Tuerta” adquirido en 1837 por una familia de Alcoy y reconvertido en la primera fábrica de papel continuo de España, que satisfacía la demanda de este tipo de papel para la impresión de periódicos y gacetas. Aguas abajo es de destacar la presa y las ruinas del Molino del Grajal.

1930: La Presa dique


En 1908, Joaquín de Arteaga, marqués de Santillana y duque del Infantado inauguró el primitivo embalse de Santillana con el fin de proveer agua y electricidad a Madrid. Ya existía el Canal de Isabel II que captaba el agua del rio Lozoya a través de la presa de El Villar desde 1888, porque la del Pontón de la Oliva sufría importantes pérdidas. Es la razón por la que algunos barrios de la capital tenían agua del Canal y otros de la Hidráulica de Santillana. El embalse tenía dos diques en forma de luna y en su unión estaba la torre de captación, construida en estilo gótico isabelino con el vecino castillo. En los años sesenta del pasado siglo la compañía fue absorbida por el Canal de Isabel II y se construyó un nuevo muro permaneciendo la antigua construcción semisumergida, pasando la capacidad del embalse a 91 hectómetros cúbicos.

La capital sufría históricamente inundaciones en las crecidas del río y a pesar del embalse estas continuaron en menor medida. Es por ello que se procedió durante el siglo XX a la canalización del lecho del río a su paso por la ciudad. Todavía podemos ver en periódicos y documentales del No-Do reportajes sobre los daños por el agua en los años sesenta. En 1970 se inauguró el embalse de El Pardo que nacía con vocación de permanecer medio vacío para evitar nuevas avenidas. Con capacidad para 45 Hm cúbicos su nivel suele permanecer por debajo de la mitad. A primeros de febrero de este año su nivel se situaba al 40% de su capacidad y en el mes de abril, con las abundantes precipitaciones, al 76%. Es muy agradable el paseo para ver la salida del desagüe por donde fluye el caudal del rio.

El Aprendiz enfurecido


Hoy en día el cauce ha sido renaturalizado dotándole de vegetación y se han dispuesto una serie de estanques de tormentas que evitan los vertidos directos al río cuando se producen esos hidrometeoros. Esperemos que estas medidas sean suficientes cuando el Manzanares se torne furioso.

 

4 comentarios:

  1. Querido Pablo:
    He leído con sumo placer tu artículo sobre el Manzanares y me ha encantado tu análisis sobre la visión que has dado a este río.
    Me ha inspirado tanto tu artículo que he decidido componer una pequeña pieza poética sobre el Manzanares, tomando como base lo escrito por Góngora, Lope, Quevedo y Miguel Hernández.

    Manzanares, río que vas
    serpenteando por Madrid,
    unos te ven como un lodazal,
    otros te cantan con fervor.
    Góngora te llamó "duque de arroyos",
    Lope te vio como un espejo,
    Quevedo te ridiculizó sin cajo,
    y Hernández te cantó con vehemencia.
    Pero yo, Manzanares, te canto con cariño,
    porque eres parte de nuestra historia,
    un río que ha visto nacer y morir
    a tantas generaciones.
    Eres un río humilde y tranquilo,
    que a veces se enfada y se desborda,
    pero siempre estás ahí, fiel a Madrid,
    como un amigo inseparable.
    Gracias por ser el Manzanares,v
    un río con historia y con alma.
    Un abrazo,

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  2. La fotografía de la inundación corresponde a un temporal acaecido el 20 de enero de 1966, que produjo los desbordamientos del río y del lago de la Casa de Campo. La peor parte se la llevó la zona del Puente de Vallecas al desbordarse el Arroyo del Abroñigal. Fondo Gerardo Contreras. ARCM.

    Paco, se agradecen los ripios

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  3. https://www.pasionpormadrid.com/2013/02/las-crecidas-del-manzanares.html tengo un recuerdo, del que dudo, de ver la superficie del Manza desde mi balcón, en el cuarto piso de Las Vistillas ¿Sería de la crecida del 47?

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