lunes, 16 de septiembre de 2024

Endimión en la fuente de LavapiésPaco Gómez.




 ¿Qué sabemos de la escultura que coronó la fuente de Lavapiés?


Poco se sabe del origen de esta pieza, aunque, dada su factura, se cree que pudo ser hecha en Italia en el siglo XVI y que llegó a Madrid de la mano del citado comerciante Ludovico Turchi.


Mide apenas 135 centímetros de alto y presenta diferentes niveles de relieve en la parte delantera y en la trasera, esta última mucho más plana. Ello hace pensar que fue concebida para ser vista únicamente de frente y que tal vez iba a ocupar el interior de una hornacina.


A mediados del siglo XIX, se tomó la decisión de derribar la Fuente de Endimión. La escultura consiguió salvarse de la piqueta y, en 1850, fue llevada al barrio de Lavapiés, para decorar una fuente de nueva construcción, obra del arquitecto Martín López Aguado (1796-1866), que también ha desaparecido.


El mito:


El Sueño Eterno de Endimión


En la vieja Madrid, donde las sombras se alargaban y los secretos susurraban en las fuentes, vivió un pastor llamado Endimión, tan hermoso como la luna llena. Dicen que la propia Selene, la diosa de la Luna, se enamoró de él y cada noche bajaba del cielo para besarlo mientras dormía.


En la plaza de Lavapiés, en lo alto de una fuente de piedra, se alzaba la estatua de este pastor. Sus ojos cerrados parecían seguir soñando con la diosa lunar, y sus labios, ligeramente entreabiertos, invitaban a un beso.


Un secreto de mármol


Pero ¿qué secretos ocultaba esta estatua? ¿Por qué su mirada parecía tan profunda y melancólica? Algunos decían que el mármol guardaba el eco de las caricias de Selene, y que por las noches, cuando la luna brillaba más intensa, se podía escuchar el suave susurro de la diosa.


El sueño eterno


Cuenta la leyenda de que Endimión, harto de envejecer, pidió a Zeus el don de la eterna juventud. El dios, complaciente, le concedió su deseo, pero con una condición: solo podría ser joven mientras durmiera. Así que Endimión decidió dormir para siempre, y Selene, fiel a su promesa, lo visita cada noche para susurrarle dulces palabras al oído.


Un misterio sin resolver


Hoy, la estatua de Endimión ya no adorna la fuente de Lavapiés, pero su leyenda sigue viva. Algunos dicen que su espíritu aún habita en la plaza, y que en las noches de luna llena, si te acercas a la fuente y cierras los ojos, podrás sentir su presencia y escuchar el latido de su corazón de mármol.


¿Quién fue Endimión?


¿Fue un simple pastor, un dios olvidado o quizás un héroe de alguna antigua leyenda? Nadie lo sabe con certeza. Lo que sí sabemos es que su historia nos invita a soñar, a creer en lo imposible y a buscar la belleza en los rincones más insospechados de nuestra ciudad.


Y tú, ¿te atreves a buscar a Endimión en las noches de luna llena?


¡Cuidado con lo que puedas encontrar!

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