jueves, 19 de septiembre de 2024

Neomudéjar en Lavapiés.Paco Gómez.

 El Neomudéjar en Lavapiés, un legado arquitectónico vivo.


Lavapiés, barrio madrileño de rica historia y diversidad cultural, esconde entre sus calles un tesoro arquitectónico menos conocido: el neomudéjar. Este estilo, que floreció a finales del siglo XIX y principios del XX, dejó una huella imborrable en la ciudad, y Lavapiés no es la excepción.


Un viaje en el tiempo a través de la arquitectura


Comenzaremos nuestro recorrido en el número 5 de la Ronda de Toledo, donde se levanta un edificio que nos transporta a principios del siglo XX. Se trata del antiguo taller de carpintería y almacén de maderas de Don Martín Martínez, rehabilitado actualmente como viviendas. Su diseño, obra del arquitecto José Purkiss Zubiría, es un claro ejemplo del neomudéjar popular, con una estética que combina elementos tradicionales andalusíes con las necesidades de la vida moderna.


Muy cerca de allí, en la Casa Encendida, encontramos otro hito arquitectónico. Aunque su origen se remonta a principios del siglo XX, ha sido objeto de diversas reformas a lo largo de los años. Su fachada, con elementos neomudéjares, se integra a la perfección en el entorno y es un referente cultural del barrio.


La Fábrica de galletas Pacisa, en el número 35 de la Ronda de Toledo, es otro ejemplo destacado. Su fachada de ladrillo, con reminiscencias mudéjares, era la entrada principal por la que carruajes cargados de galletas entraban y salían. Aunque la fábrica original ha sido derribada, su legado se mantiene vivo en el Circo Price, un edificio contemporáneo que ocupa su antiguo solar.


El neomudéjar en las instituciones educativas


Pero el neomudéjar no solo se hizo presente en viviendas y fábricas, sino también en instituciones educativas. Un ejemplo paradigmático es el IES Cervantes, ubicado en los antiguos jardines del Casino de la Reina. Construido en 1877 con proyecto de Francisco Jareño, este edificio es una muestra de cómo el estilo neomudéjar se adaptó a las necesidades de la época.


Un legado que pervive


El neomudéjar, con su característico uso del ladrillo y su estética inspirada en la arquitectura andalusí, es una parte fundamental del patrimonio arquitectónico de Madrid. En Lavapiés, este estilo se manifiesta en una variedad de edificios, desde viviendas y talleres hasta instituciones educativas, dejando una huella imborrable en el paisaje urbano.


Al pasear por las calles de este barrio, podemos apreciar la riqueza y diversidad de su arquitectura, y comprender cómo el neomudéjar se convirtió en un lenguaje común para expresar la identidad y la historia de la ciudad. Este legado arquitectónico, lejos de ser un mero vestigio del pasado, sigue vivo y continúa inspirando a arquitectos y urbanistas.


Conclusión


Lavapiés es mucho más que un barrio multicultural. Es también un museo al aire libre donde podemos admirar la belleza y la complejidad del neomudéjar. Este estilo, con su capacidad para adaptarse a diferentes funciones y a las necesidades de cada época, se ha convertido en un símbolo de la identidad madrileña. Al conocer y valorar este patrimonio, contribuimos a preservar nuestra historia y a enriquecer nuestra ciudad.




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