¿Y qué tiene de especial el Bernabéu? Para mí,
tiene un pedacito (no pequeño) de mi corazón. Su belleza arquitectónica, su
rica historia y su atmósfera única lo convierten en un lugar verdaderamente
mágico para mí. Pero no quiero solo hablar de sentimientos, sino de hechos
objetivos, de récords y de recuerdos imborrables.
Una de las características más distintivas del
Bernabéu es su arquitectura, que ha sabido transformarse desde 1947, llegando a
ser actualmente un alarde vanguardista que ha sido objeto de elogios y
admiración en todo el mundo. Con su imponente fachada y su diseño futurista, el
estadio se muestra como un símbolo de modernidad y progreso en Madrid.
Primer estadio de fútbol cubierto de España, y uno de los primeros de Europa, guarda secretos a voces que solo los asiduos conocen. Por ejemplo, que el nivel del terreno de juego está unos 20 metros por debajo del nivel del Paseo de la Castellana, lo cual provoca la extraña sensación de entrar por el lateral Este y encontrarte en la parte alta del primer graderío.
Son cuatro los anfiteatros que actualmente tiene
(45 metros de altura), lo que junto con el nuevo hipogeo -30 metros de
profundidad para guardar el césped en seis franjas longitudinales-, provoca una
diferencia de altura entre la cota más alta y la más baja superior a los 75
metros.
Respecto a récords, cabe mencionar que es el único
estadio del mundo donde se han jugado finales de Mundial, de Eurocopa, de
Champions, de copa de la UEFA, de Copa Intercontinental y de Copa Libertadores.
Para seguir liderando récords, esperemos repetir la final del Mundial de 2030
en nuestro querido estadio.
Otro récord difícil de creer es su excelente posición
en el ranking de museos de Madrid, que atesora (entre otros) 14 Champions, 8
Mundiales de Clubes y el Trofeo Mejor Club Mundial del siglo XX otorgado por la
FIFA. Ya en 2019, antes de empezar las obras y de llegar la pandemia, fue el
tercer museo más visitado (tras el Prado y el Reina Sofía), a un precio de 25 €
la entrada, mientras que estos dos templos de arte en Madrid tienen un precio
de 15 y 12 € respectivamente. Es posible que llegue a tener similar afluencia
al Museo del Prado cuando terminen las obras.
Pero más allá de su imponente apariencia exterior,
y de los incuestionables récords, lo que realmente hace especial al Bernabéu es
la atmósfera única que se vive en su interior durante los partidos de Champions
League. Se han producido épicas remontadas en nuestra competición más preciada,
fomentadas desde el inicio por la confianza ciega de los seguidores, que provoca
-desde el recibimiento a los autobuses de los dos equipos- un ambiente de
tensión insufrible para los rivales. Esta confianza en el equipo dio pie a la
célebre frase “90 minuti en el Bernabeu
son molto longo”, dicha por mi querido Juanito Gómez a uno de los rivales
del Inter de Milán, tras perder el partido de ida por 2-0 en 1985, para
prevenirle de lo que les esperaba en nuestro estadio. Efectivamente, el
vaticinio se transformó en realidad y remontamos la eliminatoria con un 3-0 a
nuestro favor.
De esas remontadas, recuerdo con especial cariño la
del Derby County (1975), Anderlecht, Inter de Milán (varias), Borussia, Bayern
y las tres más recientes: PSG, Chelsea y Manchester City en 2022.
La pasión madridista crea un ambiente único que
contagia a jugadores y espectadores mutuamente. El Bernabéu recuerda cada
minuto 7 del partido al malogrado Juanito Gómez, al grito de “illa, illa, illa, Juanito maravilla”. A
este grito le sigue una canción a la que puse letra (sobre otro cántico
conocido), siendo aún muy joven en un viaje a Zaragoza, siguiendo al equipo con
la “Peña Madridista Las Banderas”:
“Arriba, arriba, arriba,
arriba con
ese balón,
que Juanito
lo prepara,
que Juanito
lo prepara
y Santillana
mete gol”
Esta, junto con “Las mocitas madrileñas” y la que llamamos “Himno de la Décima”, me emocionan y me ponen el vello de punta cada
vez que las oigo.
Si la historia del estadio no es cuestionable, su
futuro se prevé como algo único que nos va a traer a la ciudad unos treinta
espectáculos no deportivos al año. Esto, junto con los partidos del Real Madrid,
proporcionará una tasa de utilización de un evento por cada seis días.
En resumen, el Estadio Santiago Bernabéu es mucho
más que un simple edificio: es un símbolo de pasión, grandeza y orgullo
madrileño (y español). Su legado perdurará por décadas, inspirando a futuras
generaciones de aficionados y haciendo que el nombre de nuestra ciudad resuene
en todos los rincones del planeta: ¡Hala
Madrid!
Antonio, no quiero extenderme sobre el Estadio y sobre su Historia, pero sí hacer un comentario oportuno en esta época sobre el primer himno: en 1952 (¡1952!) cuando las mujeres tenían que entrar cubiertas en la iglesia, el Real Madrid dice en su himno que "las mocitas madrileñas" van a Chamartín y no habla de los mocitos ¡Eso era igualdad y equiparación!
ResponderEliminarCuando se construyó el estadio - inaugurado en 1947- el Ayuntamiento puso pegas al proyecto inicial porque rebasaba la altura permitida. La solución la dio el arquitecto Pedro Muguruza, que curiosamente era socio y anteriormente había sido jugador del Atlético de Madrid. Propuso deprimir la cota del terreno de juego, teniendo en cuenta que por debajo pasaba el túnel del tren de los llamados Enlaces Ferroviarios que entraría en servicio muchos años después. De esta forma cabía el graderío sin rebasar la altura permitida sobre la calle.
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