miércoles, 14 de febrero de 2024

El Estadio Santiago Bernabéu: Antonio Roldán




¿Y qué tiene de especial el Bernabéu? Para mí, tiene un pedacito (no pequeño) de mi corazón. Su belleza arquitectónica, su rica historia y su atmósfera única lo convierten en un lugar verdaderamente mágico para mí. Pero no quiero solo hablar de sentimientos, sino de hechos objetivos, de récords y de recuerdos imborrables.

Una de las características más distintivas del Bernabéu es su arquitectura, que ha sabido transformarse desde 1947, llegando a ser actualmente un alarde vanguardista que ha sido objeto de elogios y admiración en todo el mundo. Con su imponente fachada y su diseño futurista, el estadio se muestra como un símbolo de modernidad y progreso en Madrid.


Primer estadio de fútbol cubierto de España, y uno de los primeros de Europa, guarda secretos a voces que solo los asiduos conocen. Por ejemplo, que el nivel del terreno de juego está unos 20 metros por debajo del nivel del Paseo de la Castellana, lo cual provoca la extraña sensación de entrar por el lateral Este y encontrarte en la parte alta del primer graderío.

Son cuatro los anfiteatros que actualmente tiene (45 metros de altura), lo que junto con el nuevo hipogeo -30 metros de profundidad para guardar el césped en seis franjas longitudinales-, provoca una diferencia de altura entre la cota más alta y la más baja superior a los 75 metros.

Respecto a récords, cabe mencionar que es el único estadio del mundo donde se han jugado finales de Mundial, de Eurocopa, de Champions, de copa de la UEFA, de Copa Intercontinental y de Copa Libertadores. Para seguir liderando récords, esperemos repetir la final del Mundial de 2030 en nuestro querido estadio.

Otro récord difícil de creer es su excelente posición en el ranking de museos de Madrid, que atesora (entre otros) 14 Champions, 8 Mundiales de Clubes y el Trofeo Mejor Club Mundial del siglo XX otorgado por la FIFA. Ya en 2019, antes de empezar las obras y de llegar la pandemia, fue el tercer museo más visitado (tras el Prado y el Reina Sofía), a un precio de 25 € la entrada, mientras que estos dos templos de arte en Madrid tienen un precio de 15 y 12 € respectivamente. Es posible que llegue a tener similar afluencia al Museo del Prado cuando terminen las obras.

Pero más allá de su imponente apariencia exterior, y de los incuestionables récords, lo que realmente hace especial al Bernabéu es la atmósfera única que se vive en su interior durante los partidos de Champions League. Se han producido épicas remontadas en nuestra competición más preciada, fomentadas desde el inicio por la confianza ciega de los seguidores, que provoca -desde el recibimiento a los autobuses de los dos equipos- un ambiente de tensión insufrible para los rivales. Esta confianza en el equipo dio pie a la célebre frase “90 minuti en el Bernabeu son molto longo”, dicha por mi querido Juanito Gómez a uno de los rivales del Inter de Milán, tras perder el partido de ida por 2-0 en 1985, para prevenirle de lo que les esperaba en nuestro estadio. Efectivamente, el vaticinio se transformó en realidad y remontamos la eliminatoria con un 3-0 a nuestro favor.

De esas remontadas, recuerdo con especial cariño la del Derby County (1975), Anderlecht, Inter de Milán (varias), Borussia, Bayern y las tres más recientes: PSG, Chelsea y Manchester City en 2022.

La pasión madridista crea un ambiente único que contagia a jugadores y espectadores mutuamente. El Bernabéu recuerda cada minuto 7 del partido al malogrado Juanito Gómez, al grito de “illa, illa, illa, Juanito maravilla”. A este grito le sigue una canción a la que puse letra (sobre otro cántico conocido), siendo aún muy joven en un viaje a Zaragoza, siguiendo al equipo con la “Peña Madridista Las Banderas”:

“Arriba, arriba, arriba,

 arriba con ese balón,

 que Juanito lo prepara,

 que Juanito lo prepara

 y Santillana mete gol”

Esta, junto con “Las mocitas madrileñas” y la que llamamos “Himno de la Décima”, me emocionan y me ponen el vello de punta cada vez que las oigo.  

Si la historia del estadio no es cuestionable, su futuro se prevé como algo único que nos va a traer a la ciudad unos treinta espectáculos no deportivos al año. Esto, junto con los partidos del Real Madrid, proporcionará una tasa de utilización de un evento por cada seis días.

En resumen, el Estadio Santiago Bernabéu es mucho más que un simple edificio: es un símbolo de pasión, grandeza y orgullo madrileño (y español). Su legado perdurará por décadas, inspirando a futuras generaciones de aficionados y haciendo que el nombre de nuestra ciudad resuene en todos los rincones del planeta: ¡Hala Madrid!


2 comentarios:

  1. Antonio, no quiero extenderme sobre el Estadio y sobre su Historia, pero sí hacer un comentario oportuno en esta época sobre el primer himno: en 1952 (¡1952!) cuando las mujeres tenían que entrar cubiertas en la iglesia, el Real Madrid dice en su himno que "las mocitas madrileñas" van a Chamartín y no habla de los mocitos ¡Eso era igualdad y equiparación!

    ResponderEliminar
  2. Cuando se construyó el estadio - inaugurado en 1947- el Ayuntamiento puso pegas al proyecto inicial porque rebasaba la altura permitida. La solución la dio el arquitecto Pedro Muguruza, que curiosamente era socio y anteriormente había sido jugador del Atlético de Madrid. Propuso deprimir la cota del terreno de juego, teniendo en cuenta que por debajo pasaba el túnel del tren de los llamados Enlaces Ferroviarios que entraría en servicio muchos años después. De esta forma cabía el graderío sin rebasar la altura permitida sobre la calle.

    ResponderEliminar